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Ese día agarré todos los CDs de Shakira y los rompí… incluyendo Pies Descalzos (¡que pecado!). Me metí a mi cuarto con 13 añitos creyendo que estaba cumpliendo una misión encomendada desde el cielo: Desechar toda la música de esta artista porque un grupo altamente capacitado (en no sé qué y no sé dónde) descubrió que al tocar las canciones hacia atrás, se escuchaban adoraciones a Satanás. Así que, como una soldado de Jah y entre lágrimas, destruí los discos y salí victoriosa de la prueba puesta por Dios.

De Coca-Cola decían, y algunas personas sostienen, que su símbolo visto desde cierto ángulo muestra la silueta del mismo Diablo. A Winnie Pooh también tuve que evitarlo a toda costa porque se me enseñó que es un oso homosexual y se evidencia con su voz afeminada y su profunda sensibilidad. De igual manera, Pikachú sin duda es demoniaco; así como Hello Kitty, Los Pitufos, Juan Gabriel, Los Beatles, Los Minions y los otros que le dijeron a usted en su niñez o adolescencia que yo no me sé.

Y así actué y creí por mucho tiempo, limitándome a escuchar sólo cierto tipo de música “edificante”, no yendo las fiestas de amistades mundanas porque “la luz no se une con las tinieblas” y disfrutando a media máquina las actividades de mis compañer@s del colegio porque, como la mayoría no eran cristian@s, debía mantener mi distancia. Del sexo, de la forma correcta de vestir y hablar y de mi rol como mujer, ni se diga, respeté reglas absurdas. Mucho de eso no me hacía sentido pero no importaba porque debía seguir sin cuestionar lo que “la autoridad puesta por Dios” dijera y todo era por fe y “sin fe es imposible agradar a Dios”. Y yo quería agradarle. Hasta que descubrí que eso de creerme luz y etiquetar de tinieblas a todo aquel que no practicara la religión como yo, me hacía parte de una práctica ególatra y discriminativa.

Ciertamente hasta que salí del país sola y pude pensar sin la influencia religiosa pisándome los talones, supe que tenía un mundo de opciones, que la maldad está adentro y afuera de la iglesia casi en la misma proporción, que practicamos una religión por herencia/tradición y no por decisión propia o producto de un análisis personal. Que Satanás no es el ser mitológico con cachos, rabo y trinche sino que se hace realidad en nosotr@s cuando tenemos prejuicios sobre temas como la homosexualidad, la política, el sexo, otras religiones o el aborto. Que el verdadero pecado es no usar la capacidad de razonamiento que, según l@s que creen, Dios nos dió.

Anyway, confieso que al Rookie y a los Backstreet Boys jamás los deseché, supe que Dios me perdonaría y tomaría en cuenta mi cuota con el sacrificio de Shakira. Amo a los Minions y amo a Residente René Pérez, vulgar y atrevido pero haciendo más por la humanidad que aquell@s que no cesan de hablar en nombre de Dios, pero no actúan. Sólo hablan y hablan mal. Actualmente mi suegra (ahora evangélica) se lamenta de haber destruido su hermosa estatua de la Virgen y narra con tristeza el día que quemó todos sus adornos de navidad (su pastor le dijo que debía botar todo: el arbolito, un Santa Claus bien pritty, etc.). Por favor, no crea todo lo que le dicen, investigue, pregúntese ¿de dónde sacó esta información? Razone. Diviértase. Viva. Yo por mi parte quiero de vuelta mis CDs y todo lo demás.